Conflictos de pareja y soluciones
¿Cuándo necesitáis ayuda psicológica?
Isabel Rejano
11/14/20233 min read
Las relaciones humanas, ya sean de pareja, de amigos, familiares o sociales, aunque pueden ser una fuente de compañía, apoyo y amor, también suelen dar lugar a conflictos y tensiones.
Estos son algunos de los problemas más comunes en las relaciones de pareja, que suelen pasar por fases de tranquilidad y otros momentos de conflicto, aislamiento y hostilidad:
Comunicación pasivo-agresiva y uso de la culpabilidad: Este tipo de comunicación puede desgastar la relación y generar resentimiento en ambas partes.
Mala comunicación: Una ineficaz comunicación puede desengranar a la pareja.
Escaso tiempo para estar juntos: Las obligaciones cotidianas pueden originar conflictos por no dedicar el tiempo suficiente para la pareja.
Celos: Esta es una emoción que a menudo suele generar desconfianza y mala comunicación de pareja. A menudo está relacionada con los problemas de autoestima, pero de esto he hablado en otro artículo.
Incompatibilidades sexuales: Las diferencias de necesidades y expectativas sexuales de cada miembro de la pareja son una causa habitual de problemas en las relaciones.
Falta de un proyecto de vida en común: Tener metas y aspiraciones diferentes pueden desajustar la pareja.
Problemas de convivencia y reparto de responsabilidades: La desigualdad y falta de entendimiento en la distribución de tareas y roles puede generar tensiones.
Desinterés: La falta de atención y cuidado hacia el otro puede ser otro factor de desgaste para la relación.
Técnicas de psicología para resolver conflictos de pareja
Cuando los problemas superan la capacidad de la pareja para resolverlos por sí misma, puede requerirse la intervención de profesionales de la Psicología mediante una terapia. La terapia de pareja es una rama de la psicología que utiliza diversas técnicas para ayudar a ambos a resolver sus conflictos y a mejorar su relación. Los psicólogos especializados en la dinámica de las relaciones utilizan su conocimiento para ayudar a la pareja a comunicarse mejor, resolver sus posibles disputas y fortalecer su vínculo.
Las técnicas específicas utilizadas en la terapia de pareja pueden variar dependiendo de la naturaleza de los conflictos y de las fortalezas y debilidades de su relación. Estas son las técnicas más habituales:
Comunicación asertiva: Enseñar a los dos miembros de la pareja a expresar sus pensamientos y sentimientos de manera clara, directa y respetuosa.
Técnica de la silla vacía: Esta técnica de la Gestalt es útil para ayudar a los individuos a explorar sus sentimientos y a distinguir los problemas desde otra perspectiva.
Manejo de conflictos: Enseñar a la pareja a resolver sus diferencias de manera constructiva y que los conflictos puedan transformarse en oportunidades para el crecimiento personal y la mejora de la relación.
Redefinición de tareas: Repensar y reasignar diferentes roles y responsabilidades en la pareja para equilibrar la carga de trabajo. Con esto se consigue aliviar la tensión previa.
Retroalimentación constructiva: Capacitar a ambos miembros de la pareja para dar y recibir críticas de una manera provechosa para que facilite el cambio y evite ofender al otro.
Reforzamiento positivo: Fomentar el aprecio mutuo reforzando las actividades positivas que cada miembro de la pareja realiza para el otro.
Todas estas técnicas tienen un objetivo común: ayudar a la pareja a mejorar su comunicación, resolver sus conflictos y fortalecer su relación. La meta no es simplemente mantener la relación, sino buscar el bienestar para ambos miembros.
No hay que dudar en buscar ayuda y apoyo cuando se necesita. En muchos casos, las habilidades que se aprenden en la terapia pueden ser beneficiosas, no solo para la relación, sino también para el crecimiento personal de ambos miembros de la pareja y el bienestar de su entorno social.
Isabel Rejano
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