Adultos que se comportan como adolescentes
Cómo distinguir y solucionar el comportamiento de adultos inmaduros
Isabel Rejano
9/18/20233 min read
Es común observar en personas adultas comportamientos que nos recuerdan a los de la infancia o adolescencia. Son muchos los factores que pueden influir en este comportamiento. En este artículo se analizarán las causas, los rasgos comunes, tipos y posibles soluciones a este problema.
Causas de este comportamiento.
Factores de desarrollo: Algunos individuos pueden haber sufrido retrasos en su crecimiento emocional durante la niñez o la adolescencia, lo que provoca la persistencia de ciertos comportamientos propios de esas fases.
Trauma no resuelto: las personas que han experimentado un trauma en el pasado pueden tener dificultades para afrontarlo o pueden utilizar tácticas de evitación.
Falta de responsabilidad: Evitar responsabilidades puede ser una señal de que no se está preparado para asumir responsabilidades adultas.
Miedo al cambio: algunas personas pueden sentirse incómodas ante las obligaciones y exigencias de la edad adulta y optan por mantener comportamientos juveniles o infantiles.
Trastornos mentales: algunos trastornos mentales, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) pueden influir en este tipo de comportamientos.
Rasgos de esta conducta:
Incapacidad para cumplir tareas y responsabilidades adultas por falta de responsabilidad.
Impulsividad: La propensión a actuar sin considerar las consecuencias de los actos. Prefieren la gratificación inmediata a la planificación a largo plazo.
Dependencia: La necesidad de ayuda externa en circunstancias que uno normalmente debería manejar por sí solo.
Evitar nuevas obligaciones o responsabilidades, es decir, resistencia al cambio.
El uso de lenguaje y expresiones propias de la adolescencia indica una comunicación inmadura.
La falta de autoconciencia dificulta la comprensión del comportamiento propio y cómo este afecta a los demás.
Posibles soluciones al problema
Terapia psicológica: la terapia individual o grupal puede abordar las causas subyacentes de este comportamiento y ayudar al desarrollo de habilidades emocionales y de afrontamiento adecuadas. Es necesaria una intervención médica y terapéutica cuando existen trastornos mentales subyacentes.
Educación y concienciación: educar a estas personas sobre las obligaciones y expectativas de la edad adulta puede ayudarlas a cambiar su comportamiento.
Aprender técnicas de resolución de problemas, toma de decisiones y manejo del estrés puede ayudarlo a enfrentarse a determinadas situaciones de manera más madura.
Establecer metas puede ofrecerle un sentido de dirección y propósito. Se deben fijar claramente los objetivos personales y profesionales.
Apoyo social: potenciar el relacionarse con personas que les aporten un comportamiento responsable y maduro.
Importante diferenciar varios conceptos:
El "síndrome de Peter Pan"
El síndrome de Peter Pan describe la propensión de algunos adultos a evitar las responsabilidades propias de su edad, eligiendo, en cambio, mantener una perspectiva juvenil y evitar el desarrollo de roles adultos. Esta expresión toma su nombre del personaje de ficción Peter Pan, un niño que prefiere seguir siendo niño. Las exigencias de la vida adulta, como lograr la independencia financiera, entablar relaciones a largo plazo o tomar decisiones importantes son un desafío para quienes padecen este síndrome.
Midorexia:
Es la obsesión extrema por parecer y actuar a la manera que lo haría una persona más joven, intentando retrasar los efectos del envejecimiento natural. Esto implica frecuentemente recurrir a intervenciones médicas o estéticas. La Midorexia, a diferencia del síndrome de Peter Pan, pone más énfasis en la apariencia exterior que en la actitud. Las personas con Midorexia pueden sentir presión de la sociedad para seguir pareciendo jóvenes para siempre, lo que puede provocar problemas de autoestima e imagen corporal e incluso de salud.
Inmadurez:
La inmadurez es un término amplio que se refiere a adultos que no se han desarrollado por completo emocional, social o psicológicamente. Tiene que ver con la falta de madurez y adaptabilidad a los cambios. A las personas que no son emocionalmente maduras les puede resultar difícil controlar sus sentimientos, manejar los conflictos de manera saludable y tomar decisiones acertadas. A diferencia de los términos anteriores, la inmadurez se refiere a una falta de desarrollo en áreas importantes de la vida adulta y no necesariamente a tener una actitud juvenil.
Miedo a envejecer:
Personas de todas las edades pueden experimentar miedo a envejecer, que es una emoción común. Sin embargo, en algunas circunstancias, este miedo puede ser tan fuerte que hace que alguien rechace todos los aspectos del envejecimiento, incluidos los roles y los comportamientos que le son propios. Las personas que sienten este miedo pueden tener dificultades para aceptar los cambios inevitables que conlleva el envejecimiento y pueden aferrarse a hábitos juveniles para evitar lidiar con el mismo.
Como vemos, hay varios factores, que van desde problemas de desarrollo hasta trastornos mentales y que pueden llevar a que un adulto se comporte como un adolescente o niño. El aumento de la madurez emocional y un mejor enfoque a las demandas de la vida adulta puede conseguirse identificando estas causas y abordándolas eficazmente mediante enfoques terapéuticos, educativos y de apoyo.
Isabel Rejano
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